He descubierto una relación entre el acto de inspirar y la inspiración. El simple hecho de inhalar aire oxigena nuestras células, promoviendo el proceso de la vida. Esto, a nivel puramente mecánico, parece simple. Sin embargo, esta interacción es mucho más compleja y ha sido interpretada de distintas maneras por diversas culturas.

En el hinduismo, respiramos prana (प्राण), una palabra que significa «aliento» pero también se refiere a la «energía vital», similar al concepto griego de pneuma (Πεῦμα), que además de «respiración», significa «espíritu».

En la cultura china, encontramos el concepto de Qì (氣), esa energía sutil que fluye hacia el tantien (la zona justo debajo del ombligo), una cualidad intangible presente en todo ser vivo.

A pesar de las diferencias culturales, estas palabras describen lo mismo desde distintas perspectivas. Al contemplar estas diversas visiones sobre un acto tan simple, me lleva a reflexionar: Hoy respiré todo el día, lo he hecho por años sin notarlo, ¿qué hay de sagrado o trascendental en este proceso cotidiano?

No sé si hay algo sagrado en la respiración, pero lo que sí sé es que hay algo irremplazable en ella. Sin este ciclo, sin este pulso respiratorio, el milagro de la vida en toda su multiplicidad no sería posible. Este acto de respirar me inspira a observar las implicancias de este diálogo constante entre yo y el entorno. ¿Es mio el aire que ingresa? Entonces… ¿Es mío el que sale?

Me pregunto sobre mi participación en este proceso: el oxígeno, una sustancia medible y nombrable (al igual que yo soy medible y nombrable). Sin embargo, ni una palabra ni una concepción intelectual pueden captar por completo su verdadera naturaleza, ni la mía, ni la cualidad interna de ambas.

Te invito a reflexionar: ¿Qué hay de mecánico en inhalar y exhalar? ¿Qué hay de mecánico en el ciclo del día y la noche? ¿Qué hay de mecánico en vivir y morir?

Si esta exploración resuena con vos, te invito a un taller que estaré dando este jueves junto con Erika Chávez, de la Sociedad Teosófica, quien también compartirá su práctica con nosotros. Si te interesa, contactame o inscribite directamente.

El aporte, voluntario.
La voluntad de estar, el verdadero aporte.

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Saludos, Marcos.